Publicado en: RevistaES del Periódico Hoy (17 Diciembre 2016)

Hace unos días en el fantástico marco de Eden Roc Cap Cana pudimos disfrutar de una cena más que excepcional. Porque desde el Manoir Hovey (www.manoirhovey.com) llegó el canadiense Francis Wolf para deslumbrarnos; para conmovernos a base de sabores, historia y territorio. Un menú creado por un chef que entiende la gastronomía como civilización, como cultura, como filosofía de vida; comer y vivir en un relato ancestral, en una velada difícil de olvidar.

Pero antes de entrar en materia, déjenme que les cuente, porque esta iniciativa no es fruto del azar, ni de un intercambio instituido entre chefs como podríamos pensar, sino que se trata de un proyecto personal de Stefano Baratelli (Maître de Maison de Eden Roc) y de Gianluca Re Fraschini (el chef ejecutivo). Ellos idearon invitar a Eden Roc a los más interesantes chefs de Relais & Châteaux para ofrecer a sus huéspedes -y al público dominicano- lo mejor del panorama internacional.

La idea ha sido tomada con tal entusiasmo por la asociación que quieren adoptarla como parte de sus actividades. Una dinámica enriquecedora y formativa que dará mucho que hablar.

De esta ocurrencia hemos vivido momentos tan gloriosos como las cenas de Jacob Jasinski o Patick O´Connell, pero esta ocasión ha sido realmente especial, a la talla de su protagonista, Francis Wolf. Porque el chef expresó un discurso tan original como propio, que nos hizo viajar y plantearnos preguntas.

¿Cómo interpreta un canadiense un tiradito? Arraigándolo a su lugar, a sus sabores, a sus productos. El Róbalo con Perejil marino, Arándanos verdes y Vinagre de manzana se convirtió en un sutil abanico de ácidos propios que modulaban un plato perfumado, inteligente, ingenioso.

¿Pueden unas simples raíces alcanzar la categoría de alta cocina? El chef demostró que es posible con la Ensalada de Vegetales otoñales, Bayas de enebro, Espino amarillo y fruto de Rosa Mosqueta. La precariedad del invierno canadiense llevada a otro nivel. Complejo y delicado, lo ordinario convertido en excepcional. Una interpretación cultural a base de reflexión y conocimiento.

Y así todo el interesantísimo –y sofisticado- menú. Una lección de lo que siempre ha significado sentarse en la mesa; porque en ocasiones olvidamos que comer es un placer y un sentimiento, ese que susurra pertenencia y terruño, un lenguaje –el de Francis Wolf- que mira al pasado sin miedo al futuro.

EDEN ROC. Cap Cana. www.edenroccapcana.com

MANOIR HOVEY. Québec www.manoirhovey.com