Publicado en: En Sociedad (6 de Abril 2019)
Es lo que hace el grandísimo Gabriel Occellien su Isabella(del Blue Mall de Punta Cana). Y es que parece que el chef ha encontrado en esas brasas que lleva en su ADN (seguramente por su origen Uruguayo) la mejor forma de expresar su cocina. También del Río de la Plata vienen sus pastas rellenas o la provoleta que se mezclan en el menú con una cocina del mundo. Así carpaccios, tartars y hummus (delicioso el trío de garbanzos, jalapeños y de remolacha con feta) son revisados por su particular visión y, sin perder su esencia, se transforman en bocados juguetones, divertidos, que invitan a querer más. Deseando estamos que Gabriel decida aplicar esa visión al recetario local, seguro que le deparan resultados sorprendentes.
Pero es el imponente asador que preside su cocina (tan solo separada por una barra del comedor) toda una declaración de intenciones. En esta casa el dominio del fuego y las carnes es admirable, pero Gabriel da un paso más, sometiendo a ese calor primitivo a hortalizas, camarones, empanadas o meatballs. El resultado son platos de sabores primarios, naturales, esenciales, con pocos elementos pero bien construidos, fruto de una sencillez reflexionada. Como muestra esa focaccia finísima, a medio camino entre la coca catalana y los rotis hindús, fermentada durante 72 horas que él cuece a la brasa dejándola crujientísima, con un ligero sabor a grasa. Un ejemplo de rusticidad delicada, de platillos de siempre convertidos en bocados extremadamente golosos. Un campo de trabajo (el de la brasa, el humo y el fuego) que seguro el chef explotará mucho más. Pues como dijo Heráclito “este mundo siempre fue, es y será fuego eternamente vivo”.
ADEMAS:Una vez al mes Gabriel y el equipo de Isabella están organizando unas cenas maridaje de lo más sorprendente. Pueden informarse siguiendo su cuenta de Instagram.
Isabella Steack & Bistro @isabellapuntacana