Publicado en: En Sociedad (15 de Junio 2019)
No, no es el nombre de una nueva película, ni la letra de una canción, sino el panorama culinario que nos encontramos en nuestro país. Táchenme de paranoico (no me importa) pero
¿no se han dado cuenta que en dominicana estamos viviendo dos realidades gastronómicas paralelas?
La primera la vemos en publicaciones impresas, Instagram y otros universos digitales, donde el producto local y platos de inspiración dominicana despiertan nuestra memoria y nuestras ganas de comer. Afortunadamente, y por arte de magia, en ocasiones toman forma real, como en la cena de Caribe Gastronómico donde Paulette Tejada, Carlos Romeroy Mikey Faxas abordaron el pasado gastro dominicano desde una visión contemporánea y repleta de talento.
La segunda es la que nos encontramos diariamente en nuestros restaurantesdonde impera una cocina de aire internacional, con producto importado y ese emplatado fine dining que tanta alegría da a los instagramers y tantos disgustos a los que solamente queremos comer. Propuestas sin alma que se repiten menú tras menú, platos sin historia ni territorio donde la fórmula sushi-risotto-pasta-pizza-brownie campa a sus anchas. Si no me creen miren la última edición de los 10 Mejores Restaurantes de Santo Domingo de la Academia Dominicana de Gastronomía.
Pero tranquilos porque un faro de esperanza nos acerca a un mañana mejor. Propuestas como las de Saverio Stassi en Ajualä o Javier Cabrera en el Okra nos acercan a la utopía de una cocina dominicana moderna y bien hecha, de terroir mental, con carácter y raíces. Una cocina dominicana para mostrar al mundo.
Culinary Group www.culinarygroup.com.do