Publicado en: RevistaES del Periódico Hoy (19 Noviembre 2016)
Dicen que Mathilda es una ciudadana del mundo, una apasionada de los fogones, una auténtica gourmet. Esta hija de una chef española y un sommelier italiano creció entre calderos y botellas de grand cru, en el pequeño restaurante familiar de Toscana. Su innata curiosidad se acrecentó con los años, con los viajes, con los descubrimientos de nuevos sabores. Con el tiempo cambió la bicicleta de su infancia por aviones trenes o autobuses en un periplo tras los aromas más sorprendentes del planeta. De aquí las numerosas referencias al velocípedo de Mathilda presentes en la acogedora decoración de un local que invita al disfrute, a compartir, a la confidencia.
Encabezada por Santos Stassi, la cocina ofrece un menú global con tintes personales. Muestra de ello son los Tacos Peludos a base de carne mechada, queso y guasacaca, donde el chef aporta -al preparado mexicano por excelencia- una huella de su Venezuela natal con la emblemática salsa. En los platos más clásicos Stassi hace sus versiones particulares y el omnipresente Tartar de Tuna adquiere tintes propios a base de wakame, alcaparras, jalapeños o comino. La salchicha, elaborada en la propia casa, abre una puerta a un preparado (el de la salchicha) repleto de posibilidades, llamado a convertirse en un hit, que dará mucho que hablar, y si no, denle tiempo.
Los guiños en los nombres de los platos (Risotto de Pizza Margarita, Camarones Vestidos de Novia, Crujiente de Pollo Popeye o Gambas Papito) son muestra del espíritu divertido del chef, una línea que Sandro no termina de explotar y que puede iniciarle un camino hacia una cocina más lúdica, más personal, más sorprendente.
Arepas, wontons, teriyaki o niguiris salpican una carta que parece convencional (con pastas, arroces, carnes y pescados) pero esconde el gusto de agradar, de contentar al cliente. No son solo los platos, el aperitivo a base de aceite y parmesano o la galletita que acompaña el café demuestran este espíritu de atención al cliente del que los restaurantes no andan muy sobrados. Probablemente es obra de Carlos Díaz, el gerente que dirige un equipo de meseros eficientes y atentos.
Recientemente han cambiado el menú, dinámica a la que se unen las numerosa actividades en las que se sumerge el restaurante; ya sea en jornadas monográficas o cenas a cuatro manos donde Santos comparte cocina con un chef invitado (memorables las de los dos hermanos Stassi o la de Catherine Lemoine).
Porque Mathilda es un tributo a las grandes cocinas del mundo, un homenaje a la familia y a esa bicicleta con la que iniciar un viaje gustativo.
MATHILDA – Avenida Barceló, Plaza Paseo San Juan, Bávaro – 809.455.7123 – Instagram:@mathilda_do – www.mathilda.do