Publicado en: RevistaES del Periódico Hoy (30 Julio 2016)
Uno de esos platos que demuestran la personalidad inquieta del chef Joaquin Renovales. Porque no contento con sus –también deliciosos- nigiri más clásicos, ha creado uno en el que el crue-chaud da mucha mas complejidad al preparado japonés. Se trata de una bolita de arroz cubierta de conchas blancas del pacífico, flambeada con mantequilla de trufa negra, rematada con un crujiente de ajo y lágrimas de yuzu. Un festival de sensaciones.