Publicado en: RevistaES del Periódico Hoy (5 Noviembre 2016)
En una tranquila esquina del barrio capitaleño del Mirador Sur se encuentra Valentina, un restaurante que –a los 3 años de su apertura- ha decidido reinventarse. Ahora, varios espacios bien diferenciados prometen adaptarse a cualquier estado de ánimo y situación. Una terraza de relajado de aire bohemio y con música en vivo muchas de las noches; un comedor interior vestido de blanco para ocasiones algo más formales y un patio trasero que despliega intimidad y encanto.
Para este nuevo concepto, el propietario Ramón Olivares ha dejado atrás el prefijo “bistró” y sin olvidar su esencia (ni los platos más emblemáticos de la casa) ha replanteado su oferta y menú. Para ello cuenta con un equipo de altura: el experimentado Iván Díaz como gerente del establecimiento y Canelle de Lengaigne al frente de la cocina.
La chef Lengaigne está reformando la oferta gastronómica, paulatinamente, buscando una nueva línea más lúdica, más personal.
Muestra de ello son los montaditos que sirven para abrir boca y dan la bienvenida al cliente. Cuatro bruschettas a base de choripán, pisto, caprese y frutas del bosque con los que se inicia un internacional viaje y son una auténtica declaración de intenciones. Una acertada manera de decir hola al cliente, de mimarlo, de predisponerlo a lo que va a ocurrir después. Una pequeña tapa (obsequio de la casa) para acompañar el primer sorbo de vino. Una idea de la que muchos restaurantes deberían tomar nota.
Ya en el menú Canelle se inspira en cocinas de cualquier punto del planeta. Quizás su propia mezcla cultural (con familia de procedencia francesa, argelina y haitiana) es la que quiere trasladar a su cosmopolita propuesta. Así, platos de origen español, italiano, francés o argentino se modulan con toques criollos. Valen como ejemplo el Rissotto de Coco o las Croquetas de Fabada donde sorprenden dos efectistas brochazos (sobre la base de pizarra) que recuerdan la obra de Tapies y su “art brut”. Parece que el uso del pincel sobre el plato continúa ganando adeptos entre nuestros chefs, aunque no siempre de forma adecuada, pues en ocasiones emplatan con esta técnica una salsa que requiere más presencia y se pierde el concepto de proporción. Ocurre como con los aires: los elementos de naturaleza etérea o de presencia mínima, deben ser muy intensos para que no se desvanezcan en el conjunto.
Una de las líneas más interesantes que pretende trabajar Canelle es la fusión cocina-mixóloga. De su faceta como barwoman (como tal estará en la próxima Barceló Culinary Week) pueden surgir alianzas e interacciones realmente sorprendentes, ya está trabajando en ello, y en el futuro seguro que lo desarrollará de forma sorprendente. Porque en Valentina, son gente inquieta, amante de los cambios.
VALENTINA – Leonor Feltz 32, Mirador Sur, Santo Domingo – 809.530.46266 – Instagram:@valentina_rest – lunes a domingo (11,30 am-12 am).