Publicado en: RevistaES del Periódico Hoy (27 Agosto 2016)
Dijo Voltaire que “el hombre puede vivir en el letargo del aburrimiento o entre las convulsiones de la inquietud”. Sin duda en Galette se aferraron a la segunda -y más apetecible- opción. Pero vallamos por partes.
Este bien articulado local se divide en dos espacios: una terraza sobre calle para quien desea tomarle el pulso a la ciudad y el salón interior, muy luminoso, de ambiente parisino, intimista y presidido por una barra. Lugares de cuidada decoración, donde la madera se mezcla sabiamente con los azulejos y elementos industriales, plagados de detalles. Por si fuera poco, un pequeño escenario promete deleitar cualquier momento de su extendido horario.
Porque Galette -abierto de las 7 de la mañana a las 12 de la noche- es un lugar estupendo para tomar un buen desayuno, un almuerzo de negocios, merendar con las amigas o pasar una romántica velada. Su amplia y versátil oferta adopta esa fórmula que tantos locales han desarrollado con formidable resultado, la del “gastropub”. Una palabra inventada en el 1991 por “Time Out” para precisar los pubs de Londres con pretensiones gastronómicas. Es decir, comida urbana, con cocina de autor a precios moderados, enmarcada en un local y servicio casuales.
En su múltiples ofertas, el menú parece uno más de las manidas propuestas (a base de burger-ensalada César-churrasco-pasta) que tanto abundan en los restaurantes capitaleños, pero no se deje engañar, porque aparenta lo que no es. En su carta se esconden platos sorprendentes con una clara intención de innovar, de hacer algo diferente.
Miguel Saviñón (el chef) declara sus intenciones de entrada, en una canasta repleta de deliciosos panes, hechos en casa, sabrosísimos. Excelente el Tartar de Tuna, en el que un acertado plus a base de cebolla crujiente, manzana y finísimas láminas de rábano llevan al plato a otra dimensión. Divertida la Caprese, con su abanico de tomates de diferentes variedades y texturas, un plato entretenido y acertado.
De propuestas más arriesgadas, Miguel sale airoso. Buenísimo el Lemon Pie, deconstruido, donde un mosaico de sabores y texturas te invita al juego de compartir. Mantiene el listón alto con los Linguine al Limón, en las que los cítricos (y alguna nota de menta) dan ligereza a la crema, así como en el Risotto de Café y Cacao, un plato insólito, que apunta formas aunque necesita más estructura.
En definitiva, Miguel Saviñón realiza una cocina del mundo, sabrosa, redonda, con buena técnica y producto internacional. Una propuesta que bebe de aquí y de allá, ideal para compartir y disfrutar. Seguro que cuando intensifique su trabajo con el producto autóctono y logre romper ese esquema de platos de “todas partes” (a los que él da un twist), podrá ofrecer un discurso más personal, arraigado y chispeante. Porque él es uno de esos jóvenes inquietos, con mucho que decir.
GALETTE – Federico Geraldino 83 (plaza Mezza Luna 2º nivel), Santo Domingo Porfirio Herrera 68 – 809.562.2765 – @galetterd – martes a domingo (7 am-12 pm).