Publicado en: RevistaES del Periódico Hoy (25 de Abril 2015)
Hoy me permitirán que les hable de un fósil, de un vestigio que como la Piedra Rosetta o la Mona Lisa debería estar en un museo. Porque en el mundillo gastronómico existen modas, clásicos y muchas barbaridades, pero una mención a parte merece el cocktail de camarones.
Y pensarán ¿Qué le ha pasado al cocktail de camarones? Ese platillo adorado por todos, refinado y sofisticado, refrescante y moderno, que reinaba en cualquier banquete de postín, ha caído en el más absoluto olvido. Aquella copa de camarones cocidos, sobre lechuga y salsa rosada desapareció de los restaurantes para no volver. Porque en pleno 2015 pedir un cocktail de camarones es como vestirse con pantalones de campana o hablar de Spandau Ballet.
Ahora, que la gastronomía está tan en auge, sucumbe a los caprichosos dictados de la moda más que nunca. En estos tiempos (donde si no eres gourmet no vales nada) el yugo de las tendencias ha caído sobre la alimentación sin piedad y la gastronomía se halla supeditada a los mismo parámetros estético-emocionales que la ropa, la música, la literatura o el cine.
Si hace dos años había que ver cine rumano y comer peruano. Hoy toca ver cine coreano y comer persa.
Atrás quedaron momentos donde la cocina china, mexicana, japonesa o griega eran el top y sus sabores singulares nos hacían descubrir los agridulces, el pescado crudo, el gusto umami de la soja o el picante del chipotle. Eso ya no vale, ya no es nuevo, no tiene valor. Ahora otros sazones despiertan interés, porque la inquietante búsqueda de nuevas sensaciones gustativas ha encontrado en las gastronomías exóticas un filón sin precedentes.
Así, las cocinas étnicas se suceden unas a otras en las preferencias de foodies y gourmets, sin más motivo de elección que la aparente -y esnob- bandera de la modernidad ¿Llegará un momento en que todos los paises de la Tierra habrán tocado lo más alto de las gastro-tendencias? ¿Todas las culinarias del mundo se pondrán de moda alguna vez? ¿Correrán la misma suerte el cebiche, la quinoa o los makis que nuestro estimado cocktail de camarones?
Mientras lo piensan les propongo unas deliciosas Pechugas a la Parmigiana. Pero como no queremos ser postergados marinaremos la carne, colocaremos dentro el aderezo y no las vamos a empanizar ni freír, para hacerlas más ligeras.
También servían un equivalente dentro de un aguacate o palta, no, chef? Muy interesante como siempre, un abrazo desde Caracas
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Es exactamente lo mismo!! Gracias, celebro que te guste.
Un abrazo grande
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Con qué gracia lo cuentas Kiko 😀 y qué razón tienes. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Saludos 👑
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Hehehe …. graaaacias!! Me alegra que hayas pasado un rato entretenido.
Un abrazo grande
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Jajaja! Comentaba precisamente esta misma receta del cocktail de gambas con salsa rosa y aguacate en mi post del «Canelón de aguacate»; no eras nadie en los 80s si no pedías la dichosa preparación!
Un saludo transoceánico Chef!
(y, por cierto, Spandau Ballet actúan dentro de unas semanas por aquí!)
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Jejeje ….. vas a comparar!! Tu te curras muchísimo más los post.
Muy bueno ese, tanto como tu cena en Tickets.
Supera esa fobia aguacatera o te tendré que hacer terapia.
Abrazote grande y caribeño
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Terapia de apreciación aguacatera en el Caribe con el maestro Kiko? Me apunto ya mismo! 😂😉👋🏻✨
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hehehe ….. dale!! Ve buscando boleto
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Muy buena reflexión con gracia, ya parece que quién no toma quinoa o aguacate está muy desactualizado, por suerte hay cosas que no pasan de moda ( o de gusto ) sino que hambre se iba a pasar.
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Hehehe ….. así mismo es!! Son esas cosas de nuestra gastronomía.
Gracias por el comentario. Me alegra que te gusten mis palabras.
Un abrazo
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