Publicado en: RevistaES del Periódico Hoy (28 jul 2012)
“Blanco como los Alpes, rojo como los volcanes y verde como las llanuras de Lombardía” con estás inspiradas palabras describió el poeta Francesco Dall’Ongaro los colores de la bandera italiana. Corrían los primeras décadas del siglo XIX, la euforia nacionalista invadía toda Italia y los pensadores ilustrados se prodigaban en elogios a una patria que acababa de nacer.
Pero la historia de la ensalzada bandera se remonta a unos años atrás. Fue el mismo Napoleón quien entregó el estandarte tricolor a un cuerpo de voluntarios de la Legión Lombarda integrado en el ejército francés. Transcurría el año de 1796, cuando el emperador francés amenazaba con convertirse el amo de todo el viejo continente.
La orgullosa frase de Dall´Ongaro muy bien podía haber descrito la afamada Ensalada Caprese, de la que los italianos sienten tanto orgullo como de su bandera. De origen incierto, recibe el nombre de la templada isla de Capri, escala de verano durante mucho tiempo de lo más florido de la jet set europea. Allí, frente a Nápoles, en aquellas tierras de escarpadas costas, donde los pinos tocan el Mediterráneo hasta casi zambullirse en él, fue el lugar donde la dolce vita alcanzó su máximo apogeo. Quizás de las obligaciones estéticas de la isla y de ese afán por lucir figura saliera la célebre ensalada, tan ligera como fragante, sencilla y deliciosa a la vez. Un preparado en el que cuatro ingredientes completamente desnudos desatan una armonía de sabores sin parangón, y una muestra más de que la excelencia del producto es la base de la buena cocina.
Si quiere deleitarse con una deliciosa Ensalada Caprese no dude en conseguir los mejores tomates, maduros, perfumados, un puñado de albahaca recién cortada, algo de mozzarella de leche de búfala y un buen aceite de oliva virgen. En un abrir y cerrar de ojos llevará a su mesa el más saludable de los platos.
Mi propuesta de hoy difiere un poco de la original, pues le agregaremos un coulís, marinaremos el tomate crudo y le daremos un matiz criollo con la crema de queso en hoja. Otro día, y con permiso de los ciudadanos de Capri, les propondré otra variación, en esa ocasión la ensalada será caliente y con algunos toques crujientes para los espíritus más aventureros.
como amante de las ensaladas esta como siempre deliciosa y ese toque kcasals!!
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hehe …. gracias!!
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