Publicado en: RevistaES del Periódico Hoy (26 octubre 2013)
¿Por qué no quema? Me preguntó. El tono de voz firme y su mirada inquieta decía que quería saber la verdad. Y es que ella es así, capaz de pasar del puro juego a la realidad más inquietante.
Con tan solo 7 años, Claudia –mi estimada ahijada- compartía conmigo la pasión por transformar. Nuestro nexo en común era la cocina donde por arte de magia convertíamos una amorfa masa de harina y huevos en frangantes cupcakes, un plato de frutas en una misteriosa isla o un simple hot dog en divertidísimos gusanos de mil patas.
Estábamos en una de esas tardes culinarias -en que nuestra imaginación no conocía límites- cuando al sacar la humeante compota del microondas me sorprendió con la pregunta. Deslizando su delicada manita al interior de la caja del aparato, descubrió que estaba fría.
Cargado de valor me atreví a decirle que ese aparato funciona de una manera diferente que el resto que utilizábamos para cocinar; que dentro no había fuego, ni nada que quemase. Que por el contrario soltaba unas ondas tan pequeñitas que ni se ven, parecidas a las que produce una piedra cuando la tiramos en un lago.
Me miraba interesada, inequívoca señal de que mi explicación iba bien. Continué contándole que esas ondas hacían que se mueva el agua que contienen todos los alimentos. Acá su gesto se llenó de desconcierto así que rápidamente abrí un limón y lo exprimí diciendo: Ves, esto es agua.
Mi pronta reacción fue más que convincente así que continué explicándole que el agua está formada por minúsculas partículas que por el efecto de las ondas hacen que choquen unas con otras. Esa fricción hace que se calienten. En ese momento agarre sus manos entre las mías y las comencé a frotar.
Al final de mi retahíla me miró asintiendo, hizo un par de preguntas sobre el contenido acuoso de sus imaginarios alimentos y sonrío.
Hoy les dejo la compota que levantó la curiosidad de Claudia. La que activó la sorprendente inquietud de esta niñita, de mi adorada Claudia.
Que tierna. La curiosidad de los ninos es increible. Te hacen ver el mundo de una manera diferente, no?
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Me encanta cocinar con Claudia… es increible donde llega su ocurrencia.
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Me encanta. Uno de los mayores placeres es cocinar con niños. En casa sólo he conseguido despertar el interés por la cocina con el pequeño. El mayor de momento no quiere pero no pierdo la esperanza
Desvelarme y entrar a leerte…
Un saludo
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Graci, lo cierto es que mi ahijada comparte la misma pasión por la cocina que yo y su derroche de imaginación me tiene enamorado.
No pierdas la esperanza, ahí tienes a un futuro chef.
Un abrazo desde Punta Cana
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Hola !! Te entrego el premio I AM PART OF WORDPRESS FAMILY AWARD, que se da entre bloggers!!! espero lo disfrutes mucho, me encanta tu blog!! pásalo a buscar por mi blog !!! Un abrazo
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Ahí voy Natalia. Es un gran honor. Un beso grande
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Enhorabuena! !
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Me encanta, qué grandes son los enanos! Sinceramente, lo del microondas no lo pillo muy bien ni yo, así que no sé cómo la convenciste a ella!
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Esos locos bajitos son increíbles. Lo del microondas fue como un cuento. Sabes que ocurre muchas veces, que yo le empiezo la historia y ella la termina. Esos momentos de locura imaginativa son realmente fantásticos. Un abrazo desde Punta Cana.
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Hola kiko, me encanta tu blog y como no, los bloggeros nos nominamos y te invito a entrar en mi blog que tienes el permio liebster-award
http://picoteandoideas.wordpress.com/2013/11/13/premio-liebster-award/
besosssssssssssssssssssssss
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