Publicado en: RevistaES del Periódico Hoy (10 de Octubre 2015)
Se le cambió la cara cuando vio el guiso de molondrones. Su encantadora sonrisa se transformó en una mueca y con un susurro dijo: No me gustan, me dan asco.
Ante la reacción de la dulce Claudia no puedo dejar de preguntarme ¿Porqué hay comidas que no nos gustan? ¿Porqué hay alimentos que nos dan asco?
Sin duda es el sabor, aroma o textura lo que nos seduce o repele de un plato. Pero el mismo plato de molondrones puede ser una delicia para unos o una calvario para otros. Lo mismo le ocurren a las ostras, el mondongo, los sesos y tantos ingredientes de nuestras recetas diarias.
Después de indagar un poco, parece ser que el agrado o rechazo de un alimento está más ligado a cuestiones mentales que a estímulos físicos.
Para que nos entendamos; cuando nos metemos un alimento en la boca, nuestro cerebro recibe una serie de informaciones a través de 4 sentidos. Con la vista detectamos el color y el aspecto; la textura por el tacto en boca; los aromas con del olfato y por supuesto por el gusto notamos su sabor.
Todos estos estímulos son procesados por nuestra mente que en su complicado entramado los relaciona con los recuerdos, la memoria y nuestra propia escala de valores.
Este es el punto crítico, pues la asociación con un momento desagradable, el rechazo hacia las sensaciones nuevas o los factores culturales son elementos decisivos.
Así cuando comemos se pone a funcionar nuestra memoria, reviviendo momentos pasados. Si ese instante nos resultó desagradable, es fácil que se vuelva a desencadenar el rechazo.
Por otro lado quienes viven en zonas pesqueras tienen la costumbre de comer pescado desde pequeños, por lo que en general no lo rechazarán como otros que no tienen el hábito de tomarlo tan a menudo.
Además cada sociedad ha creado una escala de alimentos aptos o no, según su entorno, creencias o necesidades. No le digas a un británico que pruebe las ancas de rana (una exquisitez en Francia), a un judío que coma pulpo o a nosotros mismos que nos peguemos un festín de saltamontes fritos (muy comunes en Tailandia).
Hagan un esfuerzo mental y atrévanse a probarlo todo; superen sus miedos y un universo gastronómico se pondrá a sus pies. Y para tomarlo con calma, nada mejor que este delicioso salmorejo.
MakinGastronomy 
Ahora si que me has hecho acudir a Google para ver que son los «molondrones», nada que es la okra!!!!! Mira la verdad mientras sea vegetal, santo y bueno, pero los insectos y vísceras y uno que otro animalejo de origen extraño paso sin ver!!!!!
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Bueeeno….. para gustos los colores!! hehehe
Pero sabes que esto es totalmente cultural. Lo que para unos es un manjar para otros da asco.
Gracias por tu comentario Mercedes!!
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Tienes toda la razón en México es un platillo muy especial los gusanos de maguey -carísimos además- y hay quien los come con singular alegría, incluso hay un restaurante que se especializa en comida prehispánica y te sirve acociles, chapulines, escamoles, avestruz y hasta jabalí. El ahuautle y los escamoles, huevas de mosquito acuático y de hormigas, conocidos como los caviares mexicanos, son platillos consentidos junto con el cocodrilo en mole verde. Debo decirte que ni loca me voy a parar nunca en ese restaurante, sólo de pensar que pido un huevo revuelto y con la misma cuchara de los gusanos me lo sirven basta para que me desmaye!!!!
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heheh …. Mercedes, no seas remilgada, igual los pruebas y te cambia la vida!!
Te tengo que contar que de viaje por Tailandia comí casi de todo y te confieso que algunos bichitos me pasaron mejor que otros (hormigas, saltamontes… etc), pero cuando me puse un grillo en la boca …….. se me removieron las tripas.
Aún sabiendo que todo es puramente cultural, me costó mucho tragarlo….. hehe
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La verdad a estas alturas ya no tengo paladar aventurero, la comida debe venir en una presentación agradable y apetitosa a la vista, qué necesidad hay de probar insectos y otras «delicadezas» habiendo todo un universo de alimentos maravillosos, y atractivos?????
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también tienes razón, pero un bogavante o una ostra no es que sean muy bonitos a la vista… hehehe.
De un centollo a una araña poca diferencia yo le veo.
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Ahora si que me has hecho reír!!!! Nada que ver tu, te quedas con la araña y yo con el centollo ¿Hecho?
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No se yo si hago el trato……. hehehe
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Reblogueó esto en apserranoblog.
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Hola Kiko buenos días,
En definitiva el sentido del gusto es “puerta al mundo” como pongo en mi blog
filtra lo necesario y lo perjudicial para nuestra supervivencia como especie en el curso de la evolución, los alimentos necesarios para la vida y los perjudiciales.
Paul MacLean (1997) Director del Laboratorio de Evolución Cerebral y Conducta de California, desarrolló el modelo de “cerebro triuno”:
a) Sistema R (reptiliano): supervivencia
b) Sistema L (límbico): emociones
c) Neocorteza: cultura, aparición del Homo Sapiens
Las sustancias químicas que llevan los alimentos a nuestra boca se disuelven en la lengua, poniéndose en contacto con las papilas gustativas. La actitud esto “me gusta” esto “no me gusta”, está asegurando nuestra supervivencia:
Dulce: papilas parte frontal, glucosa necesaria para el metabolismo energético.
Salado: papilas parte frontal y lados, electrolitos necesarios para el metabolismo de homeostasis
Agrio: papilas trasera y Amargo: papilas frontales; comida en malas condiciones o sustancias venenosas
Un saludo
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José Félix,
Muy bueno tu post …. y tus siempre acertadas observaciones. Realmente es así, el cuerpo humano está programado para subsistir y naturalmente la alimentación es muy proclive a intoxicaciones, de aquí nuestros sistemas de protección físicos y cerebrales.
Gracias por tu aportación.
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Buena explicación además de certeras de porque a veces rechazamos algunos alimentos y curiosamente los probamos y luego nos encantan.
Saludos.
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Bueno, sabes que tenemos una predisposición innata a rechazar todo lo nuevo, es una manera de protegernos a posibles intoxicaciones … hehehe
Gracias por tu comentario.
Un abrazo.
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