El resurgir de la Sobremesa

Publicado en: RevistaES del Periódico Hoy (9 de Mayo 2015)

s0¿Hay mejor manera de terminar una buena comida que con una gran sobremesa? Parece ser que ese momento de compartir, con la barriga llena y ante una humeante taza de café ha vivido mejores circunstancias y ahora, ni restaurantes ni clientes le dan la importancia de antaño.

Pero déjenme que les cuente. La sobremesa alcanzó su esplendor al calor de la sociedad burguesa. En los lujosos salones de hoteles, restaurantes y mansiones no había comida que terminase sin ese momento especial. Al levantarse de la mesa, caballeros de impecables fracs y damas con traje de noche pasaban a estancias ricamente decoradas para dar rienda suelta al noble ritual. Con una copa de Cognac en la mano y un cigarro habano en la otra se discutía sobre guerras, política, economía o los chismes de la alta sociedad.

s7Pero la historia de la sobremesa se remonta a tiempos mucho más antiguos. Ya los romanos llevaron el ceremonial de la post-comida al paroxismo. Tras sus opíperas cenas, tumbados en sus divanes, y habiendo bebido los exquisitos vinos de Hispania o Lutecia, llegaban acróbatas, bailarines, actores y poetas para preparar los sentidos para actividades menos gastronómicas (pero igual de sensuales). En los castillos medievales cambiaron poetas por trovadores o justas y en la versallesca corte del Rey Sol la parafernalia tras los banquetes alcanzó cotas de magnificencia nunca vistos, con espectáculos de ópera, pirotecnia y shows dignos de Las Vegas.

Ahora, en la época del whatsapp y la videoconferencia, hemos perdido ese tiempo de sobremesa. Hoy se habla mientras se come, se hacen desayunos y almuerzos de trabajo, rápidos y funcionales, que apenas terminados nos devuelven a nuestra ocupada existencia.

s8Por eso quiero invitarles a que se paren y recuperen esos momentos sociales donde la trilogía café, copa y puro es protagonista. Y quiero hacerlo por tres razones: primero, para que descubran, diversifiquen y prolonguen el placer del comer y beber ¿Porqué terminar con el postre cuando podemos ir más allá?

Segundo, para que disfruten de una charla fructífera con quien han compartido mesa, de ese enlace íntimo que nos proporciona el haber disfrutado juntos. Un momento inmejorable para expresar pensamientos, confesiones y hacer buenos negocios.

Tercero, porque somos un pueblo privilegiado y en los productos de la sobremesa (cigarros, ron y café), nosotros jugamos en las grandes ligas. Nuestro aromático café, añejos rones y perfumados cigarros puros nos dan la oportunidad de vestir de gala la más casual de las comidas.

Y mientras llega el momento les dejo este fantástico postre; un dulce de origen italiano del que algún día contaré su historia.

Si te ha gustado la entrada twittéala, aunque prefiero que dejes tu comentario.

6 pensamientos en “El resurgir de la Sobremesa

  1. Totalmente de acuerdo; no hay una buena comida sin una buena sobremesa. Desgraciadamente -o tal vez por fortuna, chi lo sa?- la modas, los nuevos hábitos y la sanidad pública se empeña en recordarnos que el café no es bueno, el alcohol es malo y el tabaco es el mismo satán humeante ya reencarnado en mil y una formas horribles de enfermedad! Tal vez incluso una conversación inteligente pueda resultar perjudicial para la salud!
    Trilogía al garete por arte y gracia de los tiempos de lo correcto. Afortunadamente, en esos íntimos lugares de la tierra, nuestros hogares, podemos terminar una buena comida con una mejor sobremesa llena de palabras, afectos y complicidades.
    (Y sí, no solo jugáis en las grandes ligas, nos hacéis jugar a algunos afortunados inquietos). +abrazos

    Me gusta

    • Antxon, tienes más razón que un santo. La Inquisición ha fijado sus miras en los restaurantes y …… sálvese quien pueda. Pero a pesar de esto (y afortunadamente) es cierto que la sobremesa está tomando peso de nuevo y sufre un revival muy interesante.
      Gracias por tus siempre acertadas palabras.

      Le gusta a 1 persona

Deja un comentario