Publicado en: RevistaES del Periódico Hoy (20 de Diciembre 2014)
Hay quienes dicen que vivimos una “burbuja gastronómica”, que la cocina es un fenómeno de moda como las barbas de leñador o los lentes de pasta. A mi parecer no es así, no creo que –salvo que nos abduzcan los marcianos- perdamos el interés por comer productos de mayor calidad, mejor cocinados, más nutritivos o exóticos. Me cuesta pensar que esta fiebre gourmet tenga un fin próximo, pero tampoco negaré la realidad del boom gastronómico
¿A que se debe? ¿Por qué vivimos esa euforia de televisión culinaria, medios especializados y colmados delicatessen? Sin duda la respuesta va ligada a la sociedad del bienestar y a la disociación entre comida y cocina. Trataré de explicarme: el cocinar ya no es una necesidad cotidiana, la mayoría de nosotros -por cuestiones de la vida diaria- comemos fuera de casa, tiramos de pre-cocinados, take away o deliverys varios. En definitiva, la cocina se ha convertido en una cuestión de ocio, un lugar donde escapar del día a día. Es una afición que nos entretiene, nos motiva, nos hace pasar un rato divertido. Pero cocinar además es relajante, casi terapéutico y tremendamente gratificante.
Porque cuando nos ponemos el delantal y encendemos los fogones tomamos el control de la situación. Elegimos la receta, preparamos los ingredientes y cocinamos según nos apetece. Una la sensación de control que nos reconforta.
Porque cocinar nos llena la inquietud por probar cosas nuevas: recetas, ingredientes, técnicas y culturas por explorar. Y cada descubrimiento nos llena de satisfacción.
Porque los sabores nos colman de recuerdos y la memoria olfativa tiene un gran poder emocional. Todos guardamos en la cabeza imágenes y sensaciones que se activan con determinados olores, sobre todo con platos caseros que nos trasladan a la infancia y nos cargan de placer.
Porque la cocina nos conecta con las cosas sencillas, con la naturaleza y con nuestro pasado cultural. Detenernos a elaborar una comida sencilla, desde cero, nos devuelve cierta tranquilidad natural. Preparar un simple bizcocho y observar cómo va creciendo en el horno no puede ser más relajante.
Porque es una pasión que se comparte: cocinar pensando en quién va a degustar nuestro plato nos hace implicarnos de una forma especial. Demostramos que esa persona nos importa y el ver que realmente disfruta es una sensación fantástica.
Sea cual fuere el motivo principal, cocinamos no sólo para alimentarnos, también para entretenernos y relajarnos. Así que empiecen el año bien tranquilos, disfrutando de la cocina con la receta que les dejo hoy; terminarán chupándose los dedos.
Los últimos quince años fui ejecutivo en una multinacional y probablemente para combatir el estrés decidí aprender a cocinar. Hoy no soy un chef genial pero mis paellas son famosas entre mis amigos. Encontré una actividad que además de gratificante es algo especial.
Un saludo.
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Enhorabuena por tus paellas, un plato tan social como cargado de historia.
La versatilidad y las múltiples dimensiones de la cocina le dan esta riqueza que tanto te sedujeron. Me alegroque te hayas enganchado!!
Un abrazo grande
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Has escrito en un sólo párrafo todos los sentimientos que envuelven la cocina, el cocinar, la cultura, los recuerdos. Gracias.
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Marilin, gracias a ti!! Me alegro mucho que te hayas sentido identificada. Demuestra, en el fondo, que la cocina es muchísimo más de lo que parece. Un abrazo
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Estoy de acuerdo. Independientemente de si hay burbuja o no la hay, cocinamos por muchos más motivos que alimentarnos.
Es un bonito hobbie del que podemos disfrutar nosotros mismos y también los que nos rodean. Desde el momento en el que tienes la idea hasta cuando ves la cara de felicidad de quien prueba el plato, todo el proceso es una sensación indescriptible.
Me ha gustado mucho tu reflexión de hoy
Un abrazo
Silvia
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Sin duda, es la riqueza de la cocina y la complejidad del acto alimentario. Una actividad tan multifacética que nos seduce a muchos … hehe
Un beso grande, Silvia…. y gracias por tu acertada apreciación.
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No soy cocinero ni cocinilla, pero me gusta el resultado de lo cocinado. A mi parecer, ,la cocina es un arte en sabor, presentación e higiene, higiene que brilla por su ausencia, en todos los programas que se están emitiendo, cómo: pelos sueltos (sin gorros ) uñas pintadas y largas, manoseo, (focos de gérmenes) , prueba de la comida que está elaborando (encima de lo cocinado),. En fín, mucha falta de pulcritud, y más cuándo comparas con la madre de una familia, que se esmera y cuida todos los detalles, que es cuándo comparas y observas todos éstos detalles que hoy brillan por su ausencia en una gran mayoría de cocinas.
Lo mejor de todo, lo que se cocina en casa y por tu gente, además con recomendaciones culinarias cómo las tuyas. ¡¡ Enhorabuena ¡¡
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Gracias por tus acertadas apreciaciones. Lo que ocurre en estos programas de TV es que se prima el show sobre cualquier otro aspecto y esto tiene un precio, y muy alto. Lo cierto es que se deberían prestar mucha más atención a estos elementos, para dar una imagen más auténtica de la cocina.
Gracias de nuevo por tu comentario.
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Yo también apoyo este artículo, desde pequeña me ha apasionado cocinar. Entrar en la cocina es entrar en otro mundo, es sacar lo mejor de uno mismo y dar rienda a la creatividad. No soy la mejor, pero todo lo que hago es desde el corazón. Y si se pasa la burbuja, seguiré cocinando con la misma ilusión que lo he hecho siempre. Porque la cocina es mucho más que mezclar ingredientes, es nutrir desde el alma…
Saludos :))
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Inma, que bonitas palabras!! Me alegra que vivas la cocina con esta pasión y satisfacción ….. no esperaba menos de ti!! hehehe
Un beso grande
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Preciosa reflexión y, además, certera. Un abrazo.
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Yanet corazón, gracias por tus palabras. Sabes lo importantes que son para mi.
Beso grande
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La cocina es mi mundo, es ahí donde siempre me encontrarán los que me busquen.
Pienso que lo que está de moda no es la cocina, pues existe desde que el hombre es hombre. En realidad lo que se ha puesto de moda es la cocina como espectáculo, la alta cocina, la de-construcción y todo lo que sea tocar el plato hasta el hastío. Esto sí que pasará de moda, pero cocinar para subsistir, por placer o para satisfacer a los demás eso nunca dejará de ser importante.
Muy interesante tu post, un saludo Concha Cabello.
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Concha, gracias por tus palabras. Es cierto que el show ha deslumbrado lo que realmente nos importa y nos gusta de cocinar, pero todo volverá a su sitio.
Me gusta eso de «tocar el plato hasta el hastío» ….. hehehe.
Un abrazo
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No se puede explicar mejor. Con burbuja o sin ella seguiré cocinando, para mí es el mejor relajante, mi forma de desconectar de preocupaciones, trabajo …. No hay nada como la satisfacción de cocinar algo para los tuyos y ver cómo disfrutamos todos alrededor de la mesa. Un abrazo.
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Cristina, cuanta razón tienes….. y que bien haces!! Lo cierto es que el amor por la cocina nos une a todos estos aspectos tan placenteros.
Otro abrazo grande para ti.
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Muy cierto y bueno… Por cierto, has visto Top Chef Junior con el chef Gordon?..
Un abrazo, Aquileana 😀
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Gracias Aquileana. No, no soy muy amante de estos programas, pero le echaré un vistazo.
Otro abrazo grande para ti!!
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Pingback: 5 razones por las que nos encanta cocinar | Esnobismo gourmet
Has resumido en estas líneas todo el sentimiento que está presente en la acción de cocinar. Los recuerdos, nuestros orígenes, intención de agradar. Me gustó mucho.
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Marilín, me alegro mucho que te gustase.
Un abrazo grande
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Pues Kiko, me encanta el post pero reconozco que sigo sin ponerme en faena. ¡No pierdo la esperanza en volver a desgustar los exquisitos garbanzos de tu cocina cuando regentabas el Anthuriun!! Un abrazo 😉
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Martita, tienes que animarte!! Que plato ese….. algún día lo repetimos.
Beso grande
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