Publicado en: RevistaES del Periódico Hoy (8 de Noviembre 2014)
A estas alturas de la edición de gastronomía que tiene es sus manos, es posible que alguien esté pensando: todo esto de la cocina está muy bien, pero ¿cuándo se inventó? ¿de cuando data el primer “cocinao”?
Parece ser que fue hace muchos, muchísimos años. Los arqueólogos han encontrado los primeros vestigios de alimentos cocidos en unos antiguos asentamientos cavernícolas africanos. Eso ocurrió hace 1,9 millones de años, en la era del Homo Erectus.
Por aquellos tiempos el hombre primitivo ya sabía como hacer fuego y lo utilizaba para calentarse y defenderse –por las noches- del ataque de animales y bestias salvajes. Es probable que por fruto del azar algún trozo de comida cayera sobre esas fogatas y así, de manera casual, se chamuscara.
Con el tiempo –miles de años para una mente primitiva- se dieron cuenta que los alimentos cocidos sabían mejor, estaban más blandos, quitaban más el hambre, aportaban más calorías y les proporcionaban digestiones más ligeras. Teorías antropológicas afirman que el cambio de la alimentación crudívora a la cocinada –con una ingesta de proteínas mucho más eficientes- supuso un excedente calórico para el antiguo ser humano, de forma que pudo empezar a invertir esa energía sobrante en desarrollar el cerebro. No se trata de que fueran inteligentes y cocinaran, sino que la cocina le dio la posibilidad al hombre de tener un cerebro más grande, de convertirse en un ser inteligente.
Los primeros cocinados fueron directamente sobre la hoguera, con una puya. Pero más tarde se dieron cuenta que interponiendo entre el fuego y la comida una barrera (un tronco, o una simple piedra) la cocción era más tenue, más controlada, empezando aquí la historia de la gastronomía. Las piedras calientes, los hornos enterrados y los primeros cocidos en agua (en recipientes naturales, cortezas de árboles o pieles animales) son otro cuento.
¿Imaginan esa cavernícola-chef (seguramente sería mujer) con su mandil de piel de cebra aderezando con cariño el solomillo de mamut?
Hoy les invito a que saquen su mandil de gala porque vamos a cocinar como los grandes. En honor a esta edición gastronómica (y al homo-erectus-cocinero) les propongo esta receta.
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Hace unos dias conversaba con unos estudiantes sobre este tema. Cuando se plantea que cocinar en gran parte «nos hizo humanos» se abre un tema interesantísimo y apasionante.
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Arturo, que bueno que platees a tus estudiantes cuestiones como esta, que abordan la riqueza y complejidad del acto alimentario. Enhorabuena!!
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Gracias. Es impresionante la relación de la historia y la ciencia con la cocina, aun en sus orígenes mas primitivos.
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Cierto!! Es un vínculo íntimo desde la culturización de la alimentación
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¡Muy interesante!
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Gracias!! Me a legro te halla gustado. Un beso
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Cuantas cosas interesantes nos descubre la arqueología día a día
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Así es un disciplina que nos permite conocer el pasado para entender nuestro presente y modelar el futuro.
Gracias por tu comentario!!
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Muy buen comentario, para variar! 😉 Humildemente aportaría que las primeras cocciones -más bien asados- posibilitan la conservación y facilitan el transporte -y por lo tanto el consumo- de los alimentos en lugares alejados del entorno habitual. Saludos!
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Gracias Antxon!! Ese es el mismo principio que en las empanadas …. hehehe. Buena aportación, gracias de nuevo.
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Me ha encantado estas informaciones!
Estaba navegando por twitter y me encontre con estos enlaces y me encanta aprender más sobre la.cocina y su historia!
Gracias
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Gracias a ti Celehina. Me alegra mucho que te guste el post …. y la cocina!!
Todos aprendemos cada día.
Un abrazo
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